Volkswacht Bodensee - A un mes de la COP30, Lula exhibe buenas notas en materia climática

A un mes de la COP30, Lula exhibe buenas notas en materia climática
A un mes de la COP30, Lula exhibe buenas notas en materia climática / Foto: © AFP

A un mes de la COP30, Lula exhibe buenas notas en materia climática

Anfitrión de la COP30, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva ostenta un balance climático más bien positivo, especialmente con la drástica reducción de la deforestación en la Amazonía, donde se celebrará en noviembre la conferencia de la ONU.

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La destrucción del mayor bosque tropical del planeta se había disparado bajo su predecesor, el expresidente Jair Bolsonaro, un escéptico del cambio climático apoyado por el poderoso sector agroindustrial.

Este lobby se mantiene muy influyente en el Congreso y busca flexibilizar por ejemplo el trámite de licencias ambientales en el país.

A la vez, Lula es criticado por apoyar un proyecto de exploración petrolera frente a las costas de la Amazonía.

- Brasil "de vuelta" -

La idea de acoger la conferencia climática de la ONU en Belém, en la Amazonía, fue anunciada en 2022, durante la COP27 en Sharm el Sheij, Egipto.

Lula fue recibido en la cita como un héroe, proclamando que Brasil estaba "de vuelta" en la escena internacional, poco después de ser electo para suceder a Bolsonaro.

Su primera decisión: colocar de nuevo al frente del ministerio del Medio Ambiente a Marina Silva, reputada ecologista y artífice de la lucha contra la deforestación en sus primeros gobiernos (2003-2010).

Brasil también reactivó el Fondo Amazonía, un mecanismo de financiamiento internacional que había sido suspendido por Bolsonaro.

Con recursos de Noruega, Alemania, Estados Unidos y otros países, el fondo recibió desde 2008 casi 1.500 millones de dólares para preservar la Amazonía.

Para Marcio Astrini, de la red de oenegés Observatorio do Clima, Lula "recuperó la agenda del clima y el medio ambiente en Brasil".

- Caída de la deforestación -

Lula también prometió reducir a cero la deforestación para 2030 en Brasil.

Luego de superar los 10.000 km2 en 2022, último año del gobierno Bolsonaro, la devastación en la Amazonía se redujo a la mitad en 2023 y cayó a casi 4.200 en 2024.

La deforestación también disminuyó en otros biomas sensibles como el Cerrado, la sabana con mayor biodiversidad del mundo.

Sin embargo, el país suramericano sufrió el año pasado una de sus peores olas de incendios forestales, causados por el hombre - a menudo en la ganadería para limpiar el pasto - y alimentados por una sequía histórica vinculada al cambio climático.

- Tierras indígenas -

Lula igualmente creó el ministerio de Pueblos Indígenas y legalizó 16 reservas indígenas en su tercer mandato, un proceso que había sido paralizado en gobiernos anteriores.

Numerosos expertos consideran que estos territorios, protegidos por el Estado, cumplen un papel esencial en la lucha contra el calentamiento global, como un escudo contra la deforestación y los incendios.

Para Astrini, la demarcación de tierras es especialmente importante en caso de que un candidato antiambientalista gane las elecciones presidenciales de 2026.

"Un nuevo gobierno puede retirar presupuesto a las políticas climáticas, pero no podrá deshacer un área indígena" protegida, dice a la AFP.

Las políticas gubernamentales también expulsaron invasores en más de 180.000 kilómetros cuadrados de tierras indígenas (un área un poco menor a Uruguay), según la agencia estatal Funai.

Las poblaciones locales "volvieron a tener libertad de transitar, retomar la cacería (...) recuperaron el territorio", dijo a la AFP Nilton Tubino, coordinador de políticas indigenistas del gobierno federal en el estado amazónico de Roraima (norte).

- Fondo para Bosques tropicales -

El gobierno brasileño ideó además una iniciativa global para impulsar la conservación de selvas en peligro: el Fondo de Bosques Tropicales para Siempre (TFFF, en inglés).

"Es la principal contribución que Brasil pretende aportar a la COP", dijo el ministro de Finanzas, Fernando Haddad.

Las autoridades esperan que el TFFF se dote con más de 100.000 millones de dólares de capital público y privado. En septiembre, Lula anunció que Brasil invertirá 1.000 millones de dólares en la iniciativa.

R.Kloeti--VB