Volkswacht Bodensee - Israel ocupará Gaza entera


Israel ocupará Gaza entera




La decisión ya está tomada: el primer ministro Benjamín Netanyahu comunicó a su gabinete de guerra que Israel avanzará hacia la ocupación militar completa de la Franja de Gaza, anulando su retirada de 2005 y abriendo la fase más profunda del conflicto que comenzó hace veintidós meses.

Según fuentes castrenses, el Ejército controla aproximadamente el 75 % del territorio y prepara operaciones simultáneas contra los últimos bastiones de Hamas, incluso en zonas donde aún se ocultan rehenes israelíes. Netanyahu habría dado un ultimátum al jefe del Estado Mayor, Eyal Zamir, para que avale la ofensiva o presente su dimisión. El destino de unos cincuenta cautivos —una veintena presumiblemente con vida— se convierte en un punto de máxima tensión: familiares y reservistas acusan al gobierno de poner en riesgo su rescate al priorizar la expansión militar.

Mientras tanto, el Ministerio de Salud gazatí contabiliza más de 61 000 palestinos muertos y 188 fallecidos por hambruna desde el inicio de la guerra; organismos humanitarios alertan de una fase de hambre masiva y epidemias ante la escasez crónica de combustible y ayuda. Dentro de Israel el proyecto divide al aparato de seguridad: la cúpula militar advierte del costo operativo y de la administración civil de 2,3 millones de habitantes, pero ministros ultranacionalistas como Bezalel Smotrich y Itamar Ben Gvir exigen la anexión permanente y la reimplantación de colonias judías.

En el exterior crece la presión. El colapso de las conversaciones de alto el fuego auspiciadas por Estados Unidos ha generado fuertes críticas en Washington, mientras Londres amenaza con reconocer al Estado palestino si no hay un giro humanitario inmediato. París y otras capitales europeas se suman al desgaste diplomático de Tel Aviv. Analistas coinciden en que una ocupación total puede inflamar todavía más la región, multiplicar las sanciones y ahondar la crisis humanitaria. No obstante, el ejecutivo israelí apuesta a que una derrota militar definitiva de Hamas abriría la puerta a un arreglo político posterior, idea que muchos aliados consideran cada vez menos viable.